jueves, 12 de septiembre de 2013

El malo de la historia - Luis Ramiro

Por mucho que insistamos en negarlo
No vamos a querernos como antes,
Finjamos que sabemos comportarnos,
Dejemos la partida en un empate.

Después de asesinarnos con palabras

y haber resucitado tantas veces,
forzamos demasiado la balanza,
perdimos tú mi norte y yo tu suerte.

De qué sirve el rencor a estas alturas,

nos falla sin remedio la memoria,
abrimos el disfraz por las costuras,
los dos somos el malo de la historia.

No voy a hacer balances ni recuentos

de todo lo que es mío y lo que es tuyo,
los muebles no se quedan los recuerdos,
me llevo de mudanza mi futuro.

Se oxida el mecanismo de esta noria

sin remedio, corazón, ni escapatoria,
los dos somos el malo de la historia.

No somos la pareja de las fotos,

vivir no es malvivir con anestesia,
no quieras conformarte con despojos,
Madrid no es la provincia de Venecia.

Segundas partes nunca fueron buenas,

al menos eso dicen en la calle,
borremos el guión y cuenta nueva,
no hagamos la secuela del desastre.

Ya sé que la pasión es un momento,

pero un momento pueden ser cien años,
no somos ni tan listos ni tan tercos,
no vamos a engañar al desengaño.

Dejemos el teléfono apagado

las noches que pensemos en rendirnos,
llamarnos es pisar el suelo falso
que va desde el amor hasta el sadismo.

No exijas otra nota aclaratoria,

vayámonos sin penas y sin glorias,
los dos somos el malo de la historia.

No somos la pareja de las fotos,

vivir no es malvivir con anestesia,
no quieras conformarte con despojos,
Madrid no es la provincia de Venecia.

L.R. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

Dicen - Versos entre humo

Dicen que el exceso de besos
es una condena a soledad perpetua;
que lo estable es costumbre
y en las costumbres no hay amor.

Que en el compromiso 
no reside la felicidad;
que al paso de los años
solo sobrevive el sexo.

Que el calor se acaba,
que lo ingrato es quererse,
que los vicios no excitan,
que la rutina apaga la pasión.


Pero todo eso,
lo dicen
porque ellos
no saben 
lo que es
dormir
día tras día
a tu lado.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Pedro Pastor y Suso Sudón - Vértigo

Llevas los ojos pintados de rayos de noche,
suave carita angelical desconsolada,
y un paracaídas raído en los labios.

Te descubro paseando al borde del abismo de la barra del bar,
como con un imán en las pupilas, murmurando melodías imposibles,
mientras apuras un tercio, mientras apuras un tercio.

La noche sigue rayándote la pintura de los ojos,
y tu sombra es más larga que el silencio.
Tus palabras son funambulistas ebrios
 y me cuentas que ya no sabes si debes contar o descontar los días,
o contar de dos en dos,
o quitarle los domingos al calendario
o arrancar el segundero de todos los relojes.

Yo te digo que los días son de barro,
que se moldean con las manos
y te invito a rayar la pintura de la noche con las llaves de tus ojos.

Pero mis palabras son trapecistas sordos en el circo fantasma de las utopías de este maestro de ceremonias,
desahuciado y cretino, que sólo buscaba un poco de cariño.

Te descubro paseando al borde del abismo de mi cara,
como con un imán en las pupilas, murmurando melodías imposibles,
mientras apuro mi tercio, mientras apuro mi tercio, mientras apuro...

El barro de mis días se va solidificando por haberlo querido moldearlo con palabras.
Ya no queda vida,
y nos alejamos del abismos de los bares mientras un rayo de luz le pinta los ojos a la noche.
Nos alejamos el uno del otro, aunque caminemos en la misma dirección;
como dos malabaristas mancos que quisieron impresionar al tiempo y éste se les vino encima.
Y nos alejamos el uno del otro, para no tener razones para dejar de ser suicidas.
Por el vértigo que supone alejarse del abismo.

Te descubro paseando al borde del abismo de mi cara,
como con un imán en las pupilas, murmurando melodías imposibles,
mientras apuras un tercio, mientras apuras mi tercio, mientras apuro...