¿Sabes? Aún recuerdo pasión y salida,
aún recuerdo
las visitas
de noche por Santa Cruz.
¿Sabes? Aún recuerdo las miradas,
miradas que ayer
se perdieron
en la parada del autobús.
Volver.
Regalaría el mundo por volver
a tus abrazos
en aquella planta.
Volver
a recordar todos los momentos,
momentos que
ayer se perdieron
bajo la luna, en la calle del agua.
Cansado,
estoy harto y he fracasado
de buscar entre
la multitud
las caricias de un pasado.
Cuidado
con esa sonrisa, tú ten cuidado
con esos
labios tan delicados
que al tocarlos pierden su luz.
Te sigo esperando sentado
en lo alto de mis
ilusiones.
Y sigo buscando pasmado
en el cajón de las
soluciones
para las letras de mis canciones…
Y lo único que encuentro eres tú.
Y eres la canción que se quiere escuchar
en los días
de soledad
y en momentos desorbitados.
Y eres la paz y eres la tranquilidad
y eres como el
sonido del mar
y eres luz para los desdichados.
Juntos
no podemos cambiar este mundo,
pero que el
mundo nos cambie a nosotros
si nosotros no estamos juntos.
Juntos
nos reiremos de los problemas
y saltaremos
todas las barreras
que hacen de la fría realidad.
Y todos los días me enseñas a vivir
y a sentir y a sonreír
a la injusticia y a los palos.
Y todas las noches me quedo sin dormir
por no saber
sobrevivir
a las tardes sin ti a mi lado.
¿Dónde quedarán anunciados los recuerdos
que juntos
nos envolvieron
como envuelven las hojas los suelos?
¿Dónde quedarán las historias perdidas
de los
jóvenes sin salida
que juegan con la vida
en una misma partida?
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