Tras de si va dejando un reguero de pan,
y es que aún no se ha atrevido a urdir, pero conserva para
fantasear.
Y en el fondo de lo de más adentro no quiere admitir que todo eso
está pudriéndose.
Presa de centrifugar todos sus convencimientos en bucles cíclicos y
muertos: sus peripecias para desconectar, colecciona besos y desaciertos y
periódicamente los expone al vituperio.
Y qué si no es blanca su bandera y si ostenta la secuela de una
guerra que ha elegido perder.
Y quiere enfrentarse a la palestra, a cualquier reminiscencia del
pretérito imperfecto que fue.
Justo así entre sonidos ajusto mi tempo, es más espacio temporal
cuando se hace silencio.
Y si observo todo lo demás expuesto, tengo que admitir que todo
ésto está muriendo.
Y qué si no es blanca su bandera y si ostenta la secuela de una
guerra que ha elegido perder.
Y quiere enfrentarse a la palestra, a cualquier reminiscencia del
pretérito imperfecto que fue.
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